El mundo del periodismo llora la pérdida de Eduardo Sapene, un ícono de la comunicación venezolana, quien falleció en la madrugada del jueves a los 74 años en Miami, tras una vida marcada por la lucha y el compromiso con la verdad. Sapene murió en el exilio, rodeado de recuerdos y sin su esposa ni su hija, pero con su inquebrantable fe en el periodismo libre intacta hasta el final.
Nacido en Caracas en 1951, Eduardo fue un pionero en la televisión venezolana, dejando una huella imborrable en RCTV, donde se destacó por su rigor y ética. Desde sus inicios, mostró una pasión desbordante por la comunicación, creando boletines a los ocho años y convirtiéndose en un referente del periodismo en el país. Su carrera fue un testimonio de integridad, siempre exigiendo la veracidad en cada nota.
Sin embargo, su vida personal estuvo marcada por el dolor. En 2021, su hija Michelle fue diagnosticada con esclerosis múltiple y, tras una lucha desgarradora, falleció en marzo de 2022. Este trágico evento dejó a Eduardo y a su esposa, Fina, devastados, y juntos escribieron un libro en honor a su hija, un acto de amor y resiliencia.
Apenas tres años después de la pérdida de Michelle, Fina también falleció, dejando a Eduardo en un profundo duelo. Su salud se deterioró, pero nunca dejó de informar, continuando su labor periodística hasta sus últimos días. La madrugada de este jueves, el legado de Eduardo Sapene se apagó en el Jackson West Medical Center, marcando el fin de una era de periodismo valiente en Venezuela.
La comunidad periodística y sus amigos lamentan su partida, recordando a un hombre que no solo fue un profesional excepcional, sino también un ser humano extraordinario. Su historia es un recordatorio del poder del periodismo y del dolor que puede acompañar a la vida misma. La verdad y la memoria de Eduardo Sapene vivirán siempre en quienes creen en un periodismo libre.