La verdad de los primeros HUMANOS en América
Durante décadas, se ha debatido sobre el origen de los primeros humanos en América. La teoría más aceptada sostiene que llegaron hace aproximadamente 13,000 años, cruzando el Estrecho de Bering desde Siberia, en lo que hoy es Rusia, hacia Alaska. Este cruce se llevó a cabo tras la última era de hielo, cuando un puente terrestre conocido como Beringia conectaba ambos continentes.
Investigaciones recientes han revelado que los nativos americanos descienden de un pequeño grupo de apenas 70 individuos que cruzaron a América hace más de 12,000 años. Estudios genéticos han confirmado una notable coincidencia entre las poblaciones indígenas de América y los pueblos siberianos, lo que respalda la idea de que Siberia fue la cuna de los nativos americanos.
La cultura Clovis, reconocida como una de las primeras manifestaciones culturales en América del Norte, data de entre 13,000 y 12,700 años atrás y se caracterizó por el uso de herramientas de piedra, lo que muestra la habilidad de estos primeros pobladores para cazar megafauna, como mamuts y bisontes. Sin embargo, hallazgos arqueológicos en sitios como Monte Verde en Chile, que datan de hace 14,800 años, sugieren que los humanos pudieron haber llegado a América mucho antes de lo que se pensaba.
La teoría de la migración transpacífica ha cobrado fuerza, sugiriendo que algunos grupos humanos podrían haber llegado a América navegando desde Australasia, aunque esta hipótesis aún carece de evidencia concluyente. Por otro lado, la controvertida hipótesis solutrense sostiene que grupos de Europa pudieron haber llegado a América a través del Atlántico durante la era glacial.
Los nuevos descubrimientos, que indican la presencia humana en América desde hace hasta 30,000 años, continúan desafiando las narrativas tradicionales y abriendo el debate sobre los orígenes de los pueblos americanos. La arqueología y la genética siguen arrojando luz sobre la historia de la humanidad en el continente, revelando un pasado mucho más complejo y antiguo de lo que se había reconocido.