El fallecimiento de Gene Hackman, un ícono del cine estadounidense, ha suscitado múltiples preguntas sobre las verdaderas causas detrás de su deceso. Tras semanas de especulaciones, un patólogo forense ha revelado información inquietante que contradice la narrativa oficial de que su muerte fue resultado de su avanzada edad y problemas de salud.
Hackman, conocido por su vida discreta, fue encontrado sin vida en su hogar el 18 de febrero de 2025. La situación se complicó tras la muerte de su esposa, Betsy Arakawa, quien falleció el 11 de febrero debido a un síndrome pulmonar por hantavirus, una enfermedad raramente transmitida por roedores. Sin embargo, nuevos datos han surgido, revelando que Betsy realizó una llamada a una clínica médica el 12 de febrero, sugiriendo que aún estaba viva en esa fecha.
La autopsia de Hackman determinó que su muerte fue consecuencia de insuficiencia cardíaca, agravada por su condición de Alzheimer avanzado. Sin la presencia de Betsy, quien era su cuidadora principal, su salud se deterioró rápidamente. La relación entre ambos era profunda; amigos cercanos describieron su vida en Santa Fe como pacífica y llena de amor, lejos del bullicio de Hollywood.
Las investigaciones han puesto de relieve la falta de atención médica adecuada para personas mayores con enfermedades neurodegenerativas, un tema que ha generado preocupación entre expertos. La tragedia también ha suscitado debates sobre el impacto del orden de los fallecimientos en la distribución de la herencia de Hackman, que se estima en más de 80 millones de dólares.
A medida que la comunidad de Santa Fe y los fanáticos de Hackman lamentan su pérdida, queda claro que su legado trasciende el cine. Fue un actor que supo capturar la complejidad de la condición humana, influyendo en generaciones de artistas y dejando una huella imborrable en la industria cinematográfica. La investigación sobre su muerte sigue en curso, revelando un panorama más complejo de lo que inicialmente se pensaba.