La tragedia ocurrió el pasado 8 de abril en la discoteca Jetset de Santo Domingo, donde más de 300 personas se encontraban disfrutando de la actuación de Rubby. A las 11:42 PM, un crujido ominoso precedió al colapso de una gran parte del techo, que se vino abajo, dejando a Rubby atrapado bajo toneladas de escombros. Mientras la multitud gritaba y buscaba una salida, él aún estaba consciente y, en sus últimos momentos, susurró: “Esto no es el final”, pidiendo a Mariana que cuidara su legado.