La muerte de Rubby Pérez no solo ha dejado a la República Dominicana en duelo, sino que ha reabierto viejas heridas sobre su carrera. Vargas narra cómo, en un momento crítico de la vida de Pérez, este fue expulsado de su orquesta en diciembre de 1985, un suceso que casi acaba con su carrera. Una simple frase de Vargas —“si quieres irte, vete, pero no regreses”— puso a Rubby al borde del abismo. Con cuatro hijos y sin trabajo, Pérez se enfrentó a la incertidumbre, pero una llamada inesperada a las tres de la mañana le devolvió la esperanza: bienvenido Rodríguez, presidente de Karen Records, le ofreció una oportunidad que cambiaría su destino.