El merengue dominicano está de luto. Rubby Pérez, la icónica voz que llevó la alegría y el ritmo de Quisqueya a los corazones de millones, ha fallecido de manera trágica a los 69 años. La noticia, confirmada por su equipo en un sombrío comunicado en Instagram, ha dejado a la República Dominicana y a la comunidad de la música latina en estado de shock.
El colapso repentino del techo del club nocturno Jetset en Santo Domingo, donde Rubby se presentaba, se convirtió en una pesadilla. En un instante, el sonido de la celebración se transformó en caos, atrapando a músicos y asistentes bajo los escombros. A pesar de los esfuerzos de los equipos de emergencia, la incertidumbre reinó durante horas mientras se buscaba al querido cantante. Videos del momento del desastre circulaban en redes sociales, mostrando la desesperación de quienes intentaban huir.
Con el paso del tiempo, la angustia se tornó en dolorosa realidad: Rubby Pérez había sido encontrado sin vida entre los restos del colapso. La confirmación oficial llegó con un desgarrador impacto, dejando a su familia y seguidores en un mar de lágrimas. En un emotivo momento, su hija Sulinka había expresado la esperanza de que su padre había sobrevivido, solo para enfrentarse a la devastadora verdad poco después.
El legado de Rubby, un verdadero ícono cultural, perdurará en el corazón de quienes lo amaron. Su música, que una vez llenó de alegría los escenarios, ahora resonará como un tributo eterno. La República Dominicana se une en duelo, recordando al artista que no solo representó el merengue, sino que también llevó su esencia a cada rincón del mundo. La pérdida es inmensa, y su legado vivirá en cada nota que suene en su memoria.