En una reciente reunión entre Donald Trump y el Primer Ministro canadiense, un despliegue de momentos incómodos capturados por las cámaras ha dejado al mundo boquiabierto. Lejos de ser una simple charla entre mandatarios, este encuentro se convirtió en un verdadero espectáculo de lenguaje corporal y tensión diplomática, donde las miradas y gestos hablaron más que mil palabras.