Valeria Márquez, una influyente figura del mundo del espectáculo, fue asesinada hace 12 días en un brutal crimen que ha sacudido a México. Ahora, su amante, Ricardo Ruiz Velasco, conocido como el doble R, rompió el silencio y sus declaraciones son escalofriantes. En un video explosivo, el temido líder del cártel Jalisco Nueva Generación confesó que Valeria no murió por casualidad; su muerte fue un crimen pasional, orquestado desde las altas esferas del narcotráfico.
“Perdió el respeto y cuando pierdes el respeto en este mundo, el final es el mismo para todos”, dijo el doble R, dejando claro que su relación con Valeria no era solo amor, sino un juego de poder y control. Afirmó que ella sabía exactamente en qué se metía, y que su muerte es una advertencia a todas aquellas que creen que los likes y la fama las protegen. “Esto no fue solo por celos, fue por traición”, enfatizó, aludiendo a un sistema de narcotráfico que opera con una brutalidad escalofriante.
El testimonio del doble R expone las conexiones letales entre la fama y el crimen organizado en México. Valeria, descrita como brillante y ambiciosa, se convirtió en un símbolo de lo que sucede cuando la atracción por el poder y la fama se cruzan con el narcotráfico. Su asesinato ha dejado al país en vilo, mientras las autoridades intentan minimizar la magnitud del crimen como un simple asalto.
Este caso va más allá de una tragedia individual; es un espejo de un sistema corrupto que exige lealtad y castiga la traición con sangre. La revelación de su amante pone en evidencia no solo la vulnerabilidad de las figuras públicas ante el crimen, sino también la complicidad de un sistema que parece estar diseñado para ocultar la verdad. El eco de sus palabras resuena: “Cuando la fama y el crimen duermen en la misma cama, nadie está a salvo”. La pregunta que queda es: ¿quién será el siguiente en caer?