En un giro alarmante que sacude los cimientos del gobierno de Donald Trump, su equipo legal enfrenta una crisis sin precedentes: la posibilidad de perder sus licencias y enfrentar penas de prisión por desobedecer órdenes judiciales. En un contexto donde la ley parece ser opcional, este escándalo podría llevar a una rebelión interna sin precedentes entre los abogados que han defendido al expresidente.