**¡Urgente! El Padre Alberto Cutier revela su amor y deja la Iglesia Católica**
En un giro impactante que ha sacudido el mundo religioso y mediático, el Padre Alberto Cutier, a sus 55 años, ha admitido estar enamorado y ha tomado la monumental decisión de abandonar el sacerdocio católico. Este escándalo, que comenzó con la publicación de fotos reveladoras en 2009, ha expuesto no solo su vida personal, sino también las profundas tensiones entre el amor y el celibato en la Iglesia.
Las imágenes, que mostraban al carismático sacerdote disfrutando de la playa con su entonces compañera, Rumara Canelis, desataron una tormenta de indignación. Cutier, conocido por su guía espiritual y su influencia mediática, se vio obligado a enfrentar la dolorosa realidad de su humanidad. “No dejé de ser un hombre por ponerme esta sotana”, confesó, dejando claro que sus sentimientos eran irreprimibles.
En medio de una ola de críticas y apoyo, el Padre Alberto decidió dar un paso audaz: se unió a la Iglesia Anglicana, donde el celibato no es obligatorio, permitiéndole así casarse con Rumara y continuar su labor pastoral en una comunidad que lo acogió. “El amor y la fe nos unieron”, afirmó, resaltando la búsqueda de una nueva vida que ahora comparte con su esposa y sus tres hijos.
Mientras el escándalo profundiza el debate sobre el celibato y la conducta de los clérigos, Cutier se ha mantenido firme en su convicción de que el amor y la espiritualidad pueden coexistir. Su historia no solo plantea preguntas sobre el futuro del sacerdocio, sino que también refleja las luchas internas de aquellos que dedican su vida a la fe.
La comunidad sigue dividida. Algunos ven la decisión del Padre Alberto como un acto de valentía, mientras que otros la consideran una traición. Lo que es indiscutible es que su revelación ha abierto un diálogo necesario sobre el papel del amor en la vida de un sacerdote y el impacto de las normas eclesiásticas en las decisiones personales. ¿Estamos ante un cambio histórico en la Iglesia? La respuesta podría cambiar el rostro del sacerdocio para siempre.