**La Triste Historia de Fernando Soto Mantequilla, Fue Tío de una Famosa Presentadora de TV**
En una reveladora historia que conmueve y sorprende, el legado de Fernando Soto, conocido como “mantequilla”, resuena con una mezcla de admiración y tristeza. Este icónico actor cómico del cine mexicano, famoso por su talento y carisma, enfrentó una vida marcada por tragedias personales y una lucha constante con la salud y las finanzas. A pesar de su éxito en la pantalla, sus últimos años fueron ensombrecidos por la diabetes, una enfermedad que ignoró hasta que fue demasiado tarde.
Fernando Soto falleció el 11 de mayo de 1980, víctima de un coma diabético, dejando a sus seres queridos y seguidores en un profundo dolor. Su hijo, Leonardo, lamentó que su padre nunca escuchara las advertencias médicas, reflexionando sobre cómo su vida podría haber sido diferente si hubiera tomado en serio su salud. A lo largo de su carrera, Soto, quien no ahorró dinero ni planificó su futuro, vivió al día, lo que lo llevó a enfrentar serias dificultades económicas cuando su salud comenzó a fallar.
La comunidad del entretenimiento se unió para ayudarlo, con amigos como Jaime Fernández organizando eventos benéficos para recaudar fondos para sus costosos tratamientos. A pesar de estos esfuerzos, Soto continuó deteriorándose, enfrentando la ceguera y la pérdida de movilidad. Su última aparición en el teatro fue un emotivo recordatorio de su grandeza, pero también de su fragilidad.
El funeral de Soto, organizado por su amigo Fernández, fue un acto de amor en medio de la tristeza, ya que la familia no podía costearlo. Fue sepultado junto a su padre en el Panteón Jardín, un lugar que simboliza su legado en el cine mexicano. La historia de Fernando Soto es un recordatorio sombrío de la realidad de muchos artistas, donde el éxito no siempre garantiza estabilidad, y la salud puede desvanecerse tan rápidamente como la fama. Su legado, sin embargo, perdura en las memorables actuaciones que dejó atrás y en el corazón de quienes lo amaron y admiraron.