Estados Unidos se encuentra en un estado de alerta máxima, no solo en el extranjero, sino también en el corazón de sus ciudades más emblemáticas, Nueva York y Los Ángeles. La reciente ofensiva militar ordenada por Donald Trump contra instalaciones estratégicas en Irán ha desatado un torrente de preocupaciones sobre posibles represalias, llevando a las autoridades a tomar medidas drásticas para proteger a la población.