Un escalofriante crimen ha conmocionado a Colombia. Daniela Espitia, una joven madre de 22 años, fue asesinada en un motel en Barranquilla por su expareja, Deimer Díaz Mendoza, quien tras el hecho, salió del lugar con sus pertenencias. Las cámaras de seguridad revelaron la aterradora secuencia de eventos: la pareja ingresó al motel, pero solo él emergió horas después, dejando atrás una escena de horror.
La madre de Daniela recibió una llamada escalofriante de Deimer, quien confesó, con una frialdad inquietante, que había acabado con la vida de su hija. La búsqueda de la verdad llevó a las autoridades a descubrir el cuerpo de Daniela en el motel, donde fue hallada sin vida, rodeada de evidencias que apuntaban directamente a su agresor. La brutalidad del crimen, que incluyó el uso de un objeto contundente y asfixia, dejó a la comunidad en estado de shock.
A pesar de las múltiples denuncias que Daniela había interpuesto contra Deimer por violencia de género, su vida fue truncada de manera trágica. La indignación creció cuando se supo que, tras el asesinato, Deimer logró evadir a la justicia durante semanas. Sin embargo, el 6 de septiembre, fue finalmente capturado en Bogotá mientras intentaba asaltar a una persona. Al ser identificado, se descubrió que tenía una orden de captura por feminicidio.
El caso ha desatado una ola de protestas en Barranquilla, donde amigos y familiares exigen justicia y un cambio en la forma en que se trata la violencia contra las mujeres en el país. Con un sistema que ha fallado en proteger a las víctimas, el clamor por justicia se intensifica. La condena de 34 años de prisión que enfrentará Deimer es vista por muchos como insuficiente, pero para la familia de Daniela, es un paso hacia la justicia que tanto anhelan. La memoria de Daniela, una madre amorosa y luchadora, perdura en el corazón de quienes la conocieron.