**Título: China Lanza 30 Misiles contra un Portaaviones de EE. UU. – Lo Que Sucedió Después Sorprendió al Mundo**
En un giro impactante de los acontecimientos, el 3 de abril de 2025, China disparó 30 misiles hacia el grupo de portaaviones USS Gerald R. Ford, desatando una respuesta militar que dejó al mundo atónito. La acción de Pekín, pensada como una demostración de fuerza en las aguas del Estrecho de Taiwán, se convirtió rápidamente en un desastre monumental para las fuerzas chinas.
A las 6:45 a.m., los radares chinos detectaron un gran grupo de objetos en el estrecho, que creyeron eran drones o plataformas de reconocimiento. Sin dudar, ordenaron un ataque preventivo, confiando en su red de misiles HQ9 y cazas J16. En cuestión de minutos, decenas de misiles surcaron el cielo, pero su objetivo no eran drones vulnerables; eran los buques de guerra más avanzados del mundo, el USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque.
La respuesta estadounidense fue rápida y devastadora. Con más de 300 megavatios de energía a su disposición, el portaaviones activó sus sistemas de defensa. Los misiles interceptores SM-6 y RIM-162 se lanzaron a velocidades hipersónicas, destruyendo la mayoría de los misiles chinos antes de que pudieran causar daño significativo. Mientras tanto, cazas F-35C se lanzaron al aire, eliminando a los cazas chinos que intentaban reaccionar.
En menos de 72 horas, China sufrió pérdidas que superaron los 5.7 mil millones de dólares, con más de 40 aviones modernos destruidos y su infraestructura militar devastada. La arrogancia de Pekín se convirtió en una lección brutal sobre el poder de la Armada de EE. UU. y la fragilidad de su propia estrategia de defensa.
Las imágenes satelitales revelaron un panorama desolador: bases aéreas destruidas, radares arrasados y una red de defensa costera hecha trizas. Lo que comenzó como un intento de reafirmar el control sobre su territorio se transformó en una humillación estratégica que resonará en las esferas de poder de todo el mundo.
Este choque no solo cambió el equilibrio militar en el Pacífico, sino que también dejó un mensaje claro: desafiar el poder estadounidense puede resultar en la pérdida de credibilidad y recursos a una escala inimaginable. La lección es clara: en la guerra moderna, la subestimación del enemigo puede tener consecuencias catastróficas.