Un flechazo que el tiempo no pudo apagar.
A veces, las historias de amor más sorprendentes empiezan de la forma más inesperada. En el caso de Jamie Lee Curtis y Christopher Guest, todo comenzó con una fotografía en una revista. Jamie, al ver la imagen, sintió un presentimiento arrollador: “Ese será mi esposo”. Movida por esa intuición, recurrió a su amiga y productora Debra Hill para conseguir el contacto de Guest. Lo logró, y no pasó mucho tiempo para que se encontraran cara a cara en Los Ángeles.
La conexión fue inmediata. Tanto así, que apenas cuatro meses después, el 18 de diciembre de 1984, ya estaban casados. La propuesta de matrimonio quedó grabada en la memoria de Jamie: Christopher, desde la Quinta Avenida, le preguntó si le gustaban los diamantes… y ella dijo que sí.
La pareja enfrentó pruebas importantes. La imposibilidad de concebir hijos biológicos los llevó a la adopción, un camino que abrazaron con amor. En 1986 llegó Annie, y en 1996, Ruby. Décadas después, en 2020.
En lo profesional, ambos continuaron forjando carreras sólidas. Curtis vivió un renacer artístico que la llevó a ganar un Oscar y recibir nominaciones al Emmy. Guest, por su parte, heredero de un título nobiliario, optó por una vida sencilla, sin hacer uso de su título de barón.
Hoy, después de más de 40 años de matrimonio, su historia sigue siendo una excepción en Hollywood: una relación auténtica, imp3rfect@, pero profundamente real, que ha superado distancias, retos y el paso del tiempo. Lo que comenzó con una foto en una revista se convirtió en un amor para toda la vida.