Enrique Guzmán, el icónico rockero mexicano, revela su vida miserable a casi 90 años de edad. En una impactante confesión, el legendario artista rompe su silencio y destapa un lado oscuro que pocos conocen. A los 81 años, Guzmán comparte una historia de excesos, controversias y un legado marcado por escándalos que han sacudido su carrera y su vida personal.
Nacido en Caracas, Venezuela, y criado en México, Guzmán se convirtió en un símbolo del rock and roll en el país, pero detrás de su éxito se esconden secretos que han marcado su existencia. Desde sus inicios como bajista hasta convertirse en la voz de Los Teen Tops, su ascenso fue meteórico, pero la presión del estrellato lo llevó a un camino de autodestrucción. Las noches de fiesta y los excesos lo llevaron a perder el control, y su imagen de artista perfecto comenzó a desmoronarse.
Su vida amorosa también estuvo plagada de conflictos. Su matrimonio con Silvia Pinal, que parecía ser el ideal, se convirtió en un campo de batalla lleno de celos y rumores. A medida que su carrera musical se desvanecía, Guzmán intentó reinventarse en el teatro, pero los escándalos no cesaron. Desde acusaciones de agresión hasta el devastador testimonio de su nieta Frida Sofía sobre abuso, su reputación se ha visto seriamente comprometida.
Hoy, a sus casi 90 años, Enrique Guzmán es un hombre atrapado entre su legado musical y un pasado lleno de sombras. Sus declaraciones recientes han suscitado reacciones mixtas, mientras el público se debate entre admiración y repudio. ¿Podrá el ídolo sobrevivir al peso de sus propios escándalos? La historia de Enrique Guzmán sigue escribiéndose, y su legado, aunque brillante, está manchado por la controversia.
