La secuela de Ma (2019) retoma la historia cinco años después del incendio que aparentemente mató a Sue Ann (Octavia Spencer). Un grupo de jóvenes exploradores urbanos e influencers de las redes sociales irrumpen en la casa abandonada donde Ma alguna vez aterrorizó a los adolescentes, con la esperanza de transmitir en vivo un truco de caza de fantasmas. Pero a medida que comienzan a suceder cosas extrañas (teléfonos que desaparecen, mensajes inquietantes que aparecen y maniquíes colocados de manera inquietante en posiciones familiares), queda claro que no están solos.

Resulta que Sue Ann sobrevivió al incendio, con la cara llena de cicatrices y su mente más inestable que nunca. Ahora, tiene una nueva guarida en el sótano, donde vigila, manipula y atrapa a aquellos lo suficientemente tontos como para entrar en su dominio. Comienza con sus retorcidos juegos mentales, fingiendo hacerse amiga de ellos, tal como lo hizo con Maggie y sus amigos años antes.

Sin embargo, el gran giro llega cuando una de las influencers, Lena (Sydney Sweeney), resulta ser la hija de Sue Ann, fruto de un oscuro pasado que Sue Ann nunca reveló. Pero Lena es incluso más peligrosa que su madre, lo que lleva a un enfrentamiento final y sangriento entre madre e hija.