El Libro de Enoc, considerado un texto apócrifo por la religión católica y otros credos cristianos, ha despertado un gran interés por sus misterios y curiosidades. Este fascinante documento, fechado entre los siglos III y I a.C., ofrece una visión única sobre temas religiosos y episodios bíblicos, como la caída de los ángeles y el diluvio universal. A lo largo de los años, se ha convertido en una de las obras más importantes relacionadas con el judaísmo y el cristianismo.
Atribuido a Enoc, bisabuelo de Noé, el texto contiene alegorías donde los personajes bíblicos son representados por animales, lo que permite una interpretación simbólica de la historia israelí. Aunque no fue incluido en el canon de la Biblia, el Libro de Enoc fue conocido y citado por los primeros cristianos. Fragmentos en arameo y otros textos en griego y latín demuestran que su influencia se extendió entre los seguidores de Cristo en los primeros siglos.
La obra se compone de cinco secciones principales, cada una con un enfoque diferente, desde la caída de los ángeles hasta visiones proféticas del Mesías. La sección más antigua, llamada “Libro de los Vigilantes,” narra la historia de los ángeles caídos y su interacción con la humanidad. Esta parte describe cómo estos seres celestiales corrompieron a los humanos y cómo Dios envió al arcángel Uriel para advertir a Noé sobre el inminente diluvio.
El Libro de Enoc también contiene referencias únicas, como la primera aparición de la expresión “hijo del hombre,” usada posteriormente en los evangelios para referirse a Jesús. A pesar de su exclusión del canon bíblico, su relevancia histórica y teológica ha sido reconocida, generando debates sobre su autenticidad y significado.
Aunque la mayoría de las iglesias cristianas no lo aceptan, su estudio sigue fascinando a eruditos y curiosos por igual. La historia del Libro de Enoc es un recordatorio de la rica y compleja tradición religiosa que ha moldeado la espiritualidad a lo largo de los siglos.