Eulalio González, conocido como Piporro, ha sorprendido a sus seguidores con una revelación inesperada sobre su relación con el icónico actor Pedro Infante. En una reciente entrevista, Piporro confesó que no asistió al funeral de Infante, a pesar de que las imágenes de un documental parecían mostrarlo presente. Esta confesión ha despertado la curiosidad de los fanáticos y ha añadido una nueva dimensión a la historia de una de las amistades más emblemáticas del cine mexicano.

Piporro, nacido el 16 de diciembre de 1921 en Nuevo León, comenzó su carrera como locutor en Monterrey y rápidamente se convirtió en una figura reconocida en la Ciudad de México durante la década de 1940. Fue en este contexto donde conoció a Pedro Infante, quien, aunque no era aún una leyenda, ya mostraba su carisma y humildad. A lo largo de los años, la amistad entre ambos se solidificó, con Piporro participando en varias de las producciones de Infante, incluyendo la exitosa radionovela “Ahí viene Martín Corona”.

La relación entre estos dos íconos del cine no solo se limitó a lo profesional; también compartieron momentos personales significativos. Sin embargo, la ausencia de Piporro en el funeral de Infante ha suscitado preguntas sobre la naturaleza de su amistad. En sus declaraciones, Piporro aclaró que llegó días después del cortejo fúnebre, lo que contrasta con la impresión que dejaron las imágenes del documental. Esta revelación pone de manifiesto las complejidades de la amistad y cómo, a veces, la percepción pública puede distorsionar la realidad.

Ambos artistas dejaron un legado imborrable en la cultura mexicana, con sus películas y canciones aún resonando en la memoria colectiva. La historia de su colaboración y amistad continúa siendo un testimonio del poder del arte para unir a las personas y trascender generaciones. Piporro, a través de su humor y carisma, y Pedro Infante, con su talento y sensibilidad, se han convertido en símbolos de una época dorada del cine mexicano que sigue viva en el corazón de muchos.