Chalino Sánchez, ícono de la música regional mexicana, murió hace 32 años, pero su legado sigue vivo. Recientemente, su esposa, Marisela Vallejos, rompió el silencio y compartió detalles sobre su vida y su trágica muerte. Chalino, cuyo nombre real era Rosalino Sánchez, nació en Sinaloa y enfrentó una infancia llena de pobreza y violencia. Su vida cambió drásticamente a los 15 años, cuando se vio obligado a huir tras matar a un hombre que agredió a su hermana.
En Tijuana, Chalino se adentró en el mundo del crimen y el tráfico de inmigrantes, mientras luchaba por sobrevivir realizando trabajos diversos. Su carrera musical despegó a mediados de los años 80, inspirada por las tragedias personales, como el asesinato de su hermano Armando, que lo llevó a componer el corrido “Recordando a Armando Sánchez”. A pesar de sus problemas legales y su vida marcada por la violencia, Chalino encontró en la música una vía de escape.
Su impacto en la música fue monumental, convirtiéndose en un referente de los narcocorridos, un género que resonaba con la realidad de muchos. Sin embargo, su vida se truncó de manera violenta el 15 de mayo de 1992, cuando fue asesinado en un tiroteo en Culiacán. Las circunstancias de su muerte siguen siendo un misterio, con una investigación abierta que no ha revelado nuevos detalles desde entonces.
Marisela, en sus recientes entrevistas, ha compartido recuerdos de su relación con Chalino, revelando su devoción familiar y las dificultades que enfrentaron juntos. También ha hablado sobre la influencia de su tío Bautista Villegas en la vida de Chalino, quien lo introdujo en un mundo que, aunque fue fuente de inspiración para su música, también lo llevó a su trágico destino.
A pesar de las tragedias que marcaron su vida, Chalino Sánchez continúa siendo una figura fundamental en la música mexicana. Su legado perdura, no solo en las canciones que compuso, sino también en la memoria de sus seguidores, que encuentran en su historia una profunda conexión con la realidad de su tiempo.