Carlos Reinoso, una de las leyendas más emblemáticas del fútbol mexicano, ha conmovido al mundo con su reciente confesión a los 80 años. Conocido como el “Maestro Reinoso”, dejó una profunda huella en el Club América tanto como jugador en los años 70 como entrenador en los 80. Sin embargo, su carrera estuvo marcada por momentos oscuros, especialmente su lucha contra la adicción a las drogas, que amenazó con destruir su vida.
Reinoso reveló que, a pesar de su firmeza y dedicación en el campo, fue durante su etapa como entrenador de Tigres cuando se vio atrapado en la adicción a la cocaína, llegando a consumir hasta 20 dosis al día. Este periodo de oscuridad lo llevó a una transformación personal que sorprendió a muchos, pero también lo impulsó a una batalla interna por su recuperación. En una emotiva entrevista, compartió que su mayor triunfo no fue un título, sino liberarse de las drogas, un camino que comenzó en un servicio religioso donde, tras una revelación, decidió deshacerse de su adicción.
A pesar de recaídas y desafíos, Reinoso encontró apoyo en su compañero Juan Antonio Hernández, quien lo instó a buscar tratamiento. Después de un mes en rehabilitación, tomó la firme decisión de no volver a consumir drogas. Con el respaldo de su familia y una nueva perspectiva, Reinoso ha sido recordado no solo por sus logros deportivos, sino por su valentía al enfrentar sus demonios internos.
Su legado en el fútbol mexicano es indiscutible. Tras su carrera como jugador, continuó dirigiendo equipos y cosechando éxitos, dejando una marca imborrable en la historia del Club América y en el deporte. La vida personal de Reinoso también estuvo marcada por un escandaloso romance con la cantante Lupita D’Alessio, que desafió las normas sociales de su época.
A pesar de las controversias, Carlos Reinoso sigue siendo una figura respetada en el fútbol mexicano, recordado por su pasión, dedicación y, sobre todo, por su capacidad de superación. Su historia es un testimonio de la lucha y la redención, resonando en la memoria colectiva de un país que sigue admirando su legado.