Los primeros humanos que llegaron a América convivieron con una sorprendente diversidad de fauna, incluyendo animales ya extintos que habitaron el continente durante el Pleistoceno. Este periodo se extendió desde hace aproximadamente 2.5 millones hasta hace unos 11,000 años. Entre las criaturas que compartieron su espacio con los primeros pobladores se encuentran el mastodonte americano, el perezoso terrestre gigante y el tigre dientes de sable, así como el mamut colombino y el gliptodonte, un gran armadillo herbívoro.
Los estudios revelan que muchos de estos animales fueron cazados por humanos, lo que contribuyó a su extinción. Por ejemplo, el mamut colombino, que habitó desde los actuales Estados Unidos hasta Costa Rica, se extinguió hace unos 11,000 años, probablemente debido a la caza intensiva y a cambios en su hábitat. El tigre dientes de sable, conocido por sus largos caninos, también desapareció en el mismo periodo, posiblemente por la competencia con los humanos y otros carnívoros.
Investigaciones recientes sugieren que la llegada de los humanos a América se produjo entre 18,000 y 26,000 años atrás, siguiendo rutas migratorias a través de corredores de hielo o por la costa del Pacífico. Las condiciones climáticas extremas del Pleistoceno hicieron que la vida fuera dura para estos antiguos habitantes, obligándolos a adaptarse y cazar a los grandes herbívoros que coexistían con ellos.
El bisonte gigante, los lobos terribles y el oso de cara corta, entre otros, también fueron parte de este ecosistema, pero su existencia se vio amenazada por la presión de la caza humana y los cambios ambientales. El estudio de estos animales extintos no solo nos permite comprender la historia de la fauna americana, sino también el impacto de la actividad humana en el entorno natural, un tema que sigue siendo relevante en el debate sobre conservación y sostenibilidad en la actualidad.