La reciente fiesta en el reality show ha desatado una serie de tensiones y conflictos entre los participantes, destacando la difícil situación de Tamires, quien se encuentra emocionalmente afectada tras una acalorada discusión con Aline. En un desahogo, Tamires confesó a Graciane su temor al posible paredón, sintiendo que otros jugadores están creando situaciones para que ella sea eliminada. Su angustia ha resonado en la casa, generando empatía entre algunos, pero también críticas por su aparente victimización.
La situación se complicó aún más cuando se reveló que Tamires había señalado a Delma como la persona más mentirosa de la casa, lo que provocó una fuerte reacción de Delma, quien defendió su postura y acusó a Tamires de ser falsa. Este intercambio verbal ha añadido más leña al fuego, creando divisiones entre los participantes.
Por su parte, el queridómetro dejó a Diego sorprendido al recibir siete corazones, lo que lo lleva a especular sobre su destino en el próximo paredón. Mientras tanto, Tamires sigue lidiando con el castigo del monstruo y ha elegido a Graciane como la “más planta” de la casa, lo que no ha sido bien recibido por la producción, que ha instado a Tamires a justificar su elección.
Además, la polémica se intensifica con rumores de que la producción podría estar favoreciendo a Graciane, tras recibir productos de belleza y perfumes de su familia antes de la fiesta. Este hecho ha suscitado críticas entre los fans, quienes cuestionan la imparcialidad del programa.
Finalmente, en conversaciones posteriores a la fiesta, se observó que la alineación de estrategias entre los participantes es cada vez más tensa. Victoria, por ejemplo, se muestra reacia a votar por Tamires, complicando aún más las dinámicas de poder en la casa. Con la llegada del Big Phone, los participantes están a la espera de nuevas sorpresas que podrían cambiar el rumbo del juego.