Rachel Zegler se encuentra en el centro de una tormenta mediática tras la sorpresiva cancelación del estreno de “Blancanieves” por parte de Disney. Este evento, que prometía ser una celebración glamorosa con un presupuesto de 212 millones de libras, se transformó en un fiasco que ha dejado a la actriz en una posición complicada. Los rumores sugieren que Zegler respondió con furia al enterarse de la noticia, lo que indica que su esperado momento de brillar se convirtió en una pesadilla.
La controversia que rodea a “Blancanieves” comenzó desde su anuncio, generando escepticismo entre los fanáticos. La decisión de reemplazar a los icónicos siete enanitos con actores de diversas características y las críticas de Zegler hacia la versión original, a la que denominó como “rara” y “una historia de amor problemática”, encendieron la indignación de muchos. En lugar de atraer a la audiencia, sus comentarios fueron considerados como un insulto a los que crecieron amando la historia clásica.
A medida que la negatividad aumentaba, Disney decidió cancelar el estreno en el Reino Unido, una señal clara de que la compañía estaba en modo de pánico. Las proyecciones de fracaso en taquilla se hicieron evidentes, y el estudio se estaba preparando para minimizar daños. La falta de interés en la película y el aluvión de críticas hacia Zegler llevaron a Disney a evitar un evento que podría haber resultado en protestas y una mala prensa aún peor.
La situación ha puesto en entredicho el futuro de Zegler en Hollywood. A pesar de que algunos defensores argumentan que la actriz ha sido utilizada como chivo expiatorio, el daño a su reputación es innegable. Con estudios de cine observando de cerca, Rachel se enfrenta a un dilema crucial: ¿debería intentar reparar su imagen a través de una disculpa o cambiar su enfoque hacia proyectos independientes? En un entorno donde la percepción puede hacer o deshacer carreras, la pregunta persiste: ¿podrá Zegler recuperarse de esta crisis o su carrera está destinada a un ocaso? El desenlace de esta controversia podría definir no solo su futuro, sino también el rumbo de la propia Disney.