Benidorm, la icónica comedia británica, dejó una huella imborrable en la televisión desde su estreno en 2007 hasta su final en 2018. Con un elenco memorable que dio vida a personajes entrañables, muchos se preguntan qué ha sido de estos actores después de que el programa se despidió. Ahora, en 2025, exploramos sus trayectorias y logros recientes.
Tony Maudsley, conocido por su papel como Kenneth Duca, sigue disfrutando de una exitosa carrera en televisión y teatro a sus 56 años. Su particular estilo cómico continúa cautivando a las audiencias en diversas producciones. Por su parte, Siobhan Finneran, quien interpretó a la matriarca Janice Garvey, ha mantenido su presencia en la actuación, participando en obras como Downton Abbey y consolidándose como una figura relevante en la escena británica a sus 58 años.
Sheridan Smith, que encarnó a Joyce Temple-Savage, se ha consolidado como una actriz respetada a los 74 años, siendo reconocida tanto en comedia como en drama. Jake Canuso, el carismático Mato Castellano, aún brilla en el mundo del entretenimiento a sus 54 años, combinando su carrera actoral con una pasión por el fitness.
Steve Pemberton y Tim Healey, quienes dieron vida a Mick Garvey y Les respectivamente, continúan activos en la industria. Pemberton, a sus 57 años, sigue siendo un rostro familiar en la televisión, mientras Healey, con 72 años, se mantiene en el escenario y la pantalla. Gavin Ramsbottom, interpretado por Hugh Sachs, y Jacqueline Stewart, por Janine Duvits, también han seguido creciendo en sus carreras, aportando su talento a nuevos proyectos.
El joven Oliver Stokes, quien comenzó su carrera en la serie a los 9 años como Michael Garvey, ahora se encuentra explorando una variedad de roles en el ámbito actoral, con 26 años. Este viaje de crecimiento y evolución de los actores de Benidorm resalta no solo su talento, sino también su capacidad para adaptarse y seguir entreteniendo a las audiencias.
El legado de Benidorm sigue vivo, y sus actores continúan dejando su huella en el mundo del entretenimiento, demostrando que el humor y la conexión con el público son atemporales.