Durante años, Jesús Adrián ha sido un referente en la música cristiana, sus letras han inspirado a millones y sus himnos de esperanza resonaban en congregaciones de todo el mundo. Sin embargo, las recientes declaraciones del artista sobre la fe y las obras han desatado un aluvión de críticas, dividiendo a sus seguidores y generando un intenso debate sobre su alineación con los principios del cristianismo tradicional.
Lo que comenzó como una reflexión personal ha escalado a un estallido mediático. Sus comentarios sobre el Salmo 90, donde confesó reírse de un pasaje bíblico, han sido considerados por algunos como una falta de respeto a las escrituras. La controversia se intensificó al notarse un aparente cambio en su discurso, donde la mención de Jesús y el Espíritu Santo ha disminuido, generando incertidumbre sobre su rumbo espiritual.