En una sorprendente vuelta política, el exgobernador del Banco de Canadá y ahora Primer Ministro, Mark Carney, ha guiado al Partido Liberal canadiense hacia una victoria inesperada, desafiando todas las predicciones y convirtiendo la ira colectiva hacia la administración de Donald Trump en un poderoso motor de cambio. En su primer discurso como líder electo, Carney no dejó lugar a dudas: la amenaza del presidente estadounidense sobre la soberanía canadiense ha galvanizado a una nación que se niega a ser reducida a un simple estado más de los EE.UU.