En un giro inesperado que ha sacudido las relaciones entre Canadá y Estados Unidos, el gobierno canadiense ha decidido bloquear los vuelos hacia su vecino del sur, poniendo en jaque 280.000 empleos estadounidenses. La tensión, que se ha intensificado en los últimos meses, ha llevado a los canadienses a iniciar un boicot masivo que amenaza con redefinir una de las relaciones bilaterales más sólidas del mundo.