La industria automotriz estadounidense se enfrenta a una tormenta perfecta que podría costarle casi 500,000 empleos. Los gigantes japoneses Toyota, Honda y Nissan, que han sido pilares de la manufactura automotriz en EE.UU., están reevaluando sus operaciones tras la imposición de aranceles elevados por parte del gobierno de Biden. Estas medidas, inicialmente pensadas para proteger la economía local, han tenido un efecto devastador, obligando a estos fabricantes a redirigir inversión y producción fuera del país.