A sus 56 años, Miriam Cruz rompe el silencio y revela la verdad oculta sobre Rubby Pérez. En un giro desgarrador, la reina del merengue ha confesado su amor por el icónico artista, un vínculo que trasciende la música y que ahora, tras su trágica muerte, se convierte en el centro de atención. La noche del 8 de abril de 2025, el país fue testigo de una tragedia indescriptible cuando un evento que prometía ser una celebración se transformó en un desastre. La muerte de Rubby, junto a más de 220 almas, dejó un vacío devastador y muchas preguntas sin respuesta.
La consulesa dominicana en Houston, Lady Altagracia Rosario, última pareja de Rubby, ha revelado que el cantante adelantó su presentación por amor, una decisión que le costó la vida. Miriam, entre sollozos, admitió que su relación con Rubby fue más que música: “Sí, yo lo amé”. Este amor oculto, ahora expuesto, ofrece una nueva dimensión a la vida del artista que se creía conocido.
Mientras el país llora, la comunidad se une en homenaje a un hombre que no solo fue un ícono del merengue, sino también un símbolo de la cultura. La explosión de amor y nostalgia en su funeral resonó con la profunda tristeza de una nación que no puede creer que su voz, tan potente y vibrante, se haya apagado. Al mismo tiempo, emergen voces de dolor y culpa, especialmente de Lady, quien se siente responsable por su muerte, a pesar de que muchos le dicen que no fue su culpa.
La tragedia ha sacudido los cimientos del espectáculo, impulsando a la industria a revisar sus prácticas y garantizar la seguridad de artistas y asistentes. Pero la esencia de Rubby Pérez persiste; su música sigue sonando en cada rincón, un recordatorio de su legado eterno. La pregunta ahora es: ¿estamos dispuestos a aprender de esta tragedia para evitar que se repita? La vida es frágil, y el cambio es urgente. La historia de Rubby no termina aquí; su voz sigue viva en cada nota que resuena en el corazón de quienes lo amaron.