En un giro inesperado de los acontecimientos, Canadá ha decidido tomar cartas en el asunto y lanzar un ataque económico directo contra Estados Unidos, desatando una crisis que podría cambiar el equilibrio global. La reciente retórica incendiaria de Donald Trump y sus decisiones comerciales han despertado a un gigante dormido: el pueblo canadiense, que ha decidido no solo mostrar su descontento, sino también ejercer presión económica real.