El fenómeno de El Niño, un evento climático de consecuencias devastadoras, se aproxima y la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos advierte que su impacto en la Tierra será inminente. Con un pronóstico de un aumento de temperatura global en los próximos meses, los expertos han determinado que El Niño, técnicamente conocido como El Niño-Oscilación del Sur, alcanzará su pico máximo entre noviembre de 2023 y enero de 2024, con un 56% de certeza.
La ingeniera Tania Ita del Senami ha confirmado que a lo largo de la costa peruana se experimentarán temperaturas más altas tanto de día como de noche, mientras que se prevén lluvias esporádicas en el norte y centro del país. Sin embargo, esto es solo el comienzo. Rina Gabriel, del comité multisectorial que estudia el fenómeno, subraya la urgencia de un plan de prevención en las regiones afectadas, incluida la limpieza de ríos y quebradas, ya que nos adentramos en una temporada seca a nivel mundial.
La situación es alarmante: las aguas cálidas del océano Pacífico no solo aumentan las temperaturas oceánicas, sino que también desencadenan fenómenos meteorológicos extremos en Sudamérica, el Caribe y América del Norte, incluyendo inundaciones y deslizamientos de tierra. Por otro lado, Australia, Indonesia y el sur de África enfrentarán un mayor riesgo de incendios forestales y sequías devastadoras.
Con el calentamiento global sumando presión, la Organización Meteorológica Mundial advierte que el periodo entre 2023 y 2027 podría ser el más caluroso jamás registrado. El tiempo apremia y la humanidad debe prepararse para las consecuencias de El Niño, que podrían llevarnos a superar el umbral crítico de 1,5 grados Celsius. Es momento de actuar y adaptarnos a lo que se avecina.