La nueva legislación, conocida como la “Ley Leiken Ril”, otorga a las autoridades la facultad de arrestar a inmigrantes que enfrentan acusaciones de delitos específicos, que incluyen robo, agresiones y cualquier crimen que resulte en muerte o lesiones. Esta medida se implementa en un contexto de creciente tensión en torno a la inmigración y la seguridad pública, y ha generado reacciones encontradas entre defensores de los derechos humanos y partidarios de una postura más dura contra la inmigración ilegal.