Marco Antonio Muñiz, el icónico cantante mexicano de más de 92 años, enfrenta una profunda tristeza que lo acompaña desde su juventud. Nacido el 3 de marzo de 1933 en Guadalajara, la mayor pena de su vida fue la pérdida de su padre, Lorenzo Muñiz Romero, quien falleció cuando Marco apenas comenzaba su carrera musical. En una conmovedora entrevista reciente con Fuerza Informativa Azteca, el artista recordó el desgarrador momento en que a los 13 años dejó su hogar para buscar un futuro en la música, despidiéndose de su padre en el andén de un tren, marcando el inicio de una lucha solitaria.
A pesar de su éxito y de haber dejado una huella imborrable en la música con más de 80 álbumes, Marco ha revelado que la soledad y el dolor por la ausencia de su padre han sido constantes en su vida. A través de sus boleros, ha transformado su tristeza en arte, tocando el corazón de millones de personas. Sin embargo, su carrera no ha estado exenta de desafíos; desde trabajar en tabernas y burdeles hasta enfrentarse al rechazo de productores, cada paso ha estado marcado por lágrimas y desánimos.
Marco, conocido como “El lujo de México”, ha querido ser un puente cultural entre México y América Latina, dedicándose no solo a la música, sino también a la familia y a la filantropía. A pesar de sus logros, confiesa que su vida ha estado llena de sacrificios, especialmente en el ámbito familiar. Las giras prolongadas lo alejaron de sus siete hijos, generando momentos de culpa y tristeza que lo persiguen hasta hoy.
A medida que avanza en su vida, Marco Antonio Muñiz sigue siendo un símbolo de perseverancia y pasión, recordando a todos que detrás del éxito se esconden historias de soledad y anhelos no cumplidos. Su legado musical es innegable, pero su lucha emocional es la verdadera historia que lo define.