En un giro inesperado del drama entre Elon Musk y Donald Trump, Mark Zuckerberg se alza como el verdadero titán en la sombra, fortaleciendo su imperio mientras los otros dos se destruyen mutuamente. Mientras Musk y Trump intercambian insultos y memes en redes sociales, Zuckerberg se mantiene en un segundo plano, acumulando poder en un juego donde el silencio puede ser más efectivo que el ruido.