**Título: La Traición y el Trágico Final de Joel Higuera de Los Tucanes de Tijuana**
En un giro desgarrador que ha sacudido el mundo de la música regional mexicana, la historia de Joel Higuera, miembro fundador de Los Tucanes de Tijuana, resuena con una mezcla de traición y tragedia. Higuera, quien fue expulsado del grupo que ayudó a crear junto a Mario Quintero, falleció el 30 de diciembre de 2020, en un contexto de conflictos internos y adicciones devastadoras.
Desde sus inicios en 1987, Mario y Joel compartieron un sueño musical que los llevó a enfrentar el desprecio del público, siendo despectivamente llamados “el aborto de Los Tigres del Norte”. A pesar de las adversidades, su perseverancia los catapultó al éxito con éxitos como “La Chona”. Sin embargo, a medida que el grupo se consolidaba, las tensiones entre ambos comenzaron a aumentar. Joel, lidiando con una adicción a la cocaína, fue finalmente apartado del grupo en 2002, una decisión que dejó cicatrices profundas y una sensación de traición.
Las circunstancias de su salida son sombrías; Joel se enteró de su expulsión a través de los medios, lo que intensificó su aislamiento y lucha personal. En sus últimos años, el deterioro físico y emocional de Higuera fue evidente, y su trágico final llegó cuando sufrió un infarto, dejando una estela de preguntas sobre lo que pudo haber sido.
La muerte de Joel no solo marcó el fin de un capítulo, sino que también reavivó las controversias sobre la verdadera naturaleza de su separación de Los Tucanes, con muchos fanáticos acusando a Mario Quintero de egoísmo y control absoluto. En un comunicado, Los Tucanes expresaron sus condolencias, pero las críticas hacia Quintero no se hicieron esperar, intensificando la división entre los seguidores del grupo.
Hoy, el eco de la historia de Higuera sigue vivo, un recordatorio sombrío de cómo la ambición y la traición pueden deshacer los lazos más sólidos. ¿Fue el destino de Joel un trágico accidente o una consecuencia inevitable de un ambiente tóxico en la industria musical? La historia continúa resonando, dejando una pregunta inquietante en el aire: ¿quién realmente pagó el precio más alto?