¡Comenzó la resistencia! En una ola de descontento sin precedentes, miles de manifestantes han tomado las calles de Estados Unidos para exigir la destitución de Donald Trump. Con más de 1000 protestas organizadas de costa a costa, la presión contra el mandatario se intensifica. Los manifestantes, que claman “libertad” y “justicia”, exigen al Congreso que inicie el impeachment por abuso de poder, obstrucción de la justicia y violaciones constitucionales.

La situación se tornó crítica cuando algunos manifestantes intentaron escalar las vallas de la Casa Blanca, lo que llevó al Servicio Secreto a evacuar al presidente. En respuesta, los opositores han decidido acampar frente a la residencia presidencial, afirmando que no retrocederán hasta que se inicie el proceso de destitución. La indignación es palpable, especialmente en Texas y Florida, donde exvotantes de Trump se han unido a las protestas en contra de los arrestos masivos de inmigrantes.

En ciudades como Nueva York, miles marcharon hacia la emblemática Torre Trump, mientras que en California, la población se levanta contra recortes en la educación que afectan a los niños. La crisis se agrava con la creación de un estado policial que ha comenzado a deportar a estudiantes por expresar su descontento en redes sociales.

Los analistas advierten que la aprobación de Trump ha caído a un alarmante 30%, la más baja para un presidente en su primer año. Con las elecciones de medio término a la vista, la oposición se prepara para recuperar el control del Congreso y llevar a cabo el impeachment. Las voces de protesta resuenan con fuerza, y la amenaza de una huelga a fin de año podría paralizar la industria norteamericana, marcando un posible fin para el gobierno de Trump.

La resistencia ha comenzado, y la nación está en un punto de inflexión. La lucha por la democracia y la justicia se intensifica, y el tiempo corre. ¡Estados Unidos está en pie de guerra!