**Tragedia en la vida de Salvador Cabañas: su esposa se despide tras un diagnóstico devastador**

En un giro desgarrador de los acontecimientos, la vida de Salvador Cabañas, exestrella del fútbol paraguayo, se ha visto marcada por un nuevo golpe: su esposa se despide de él tras un diagnóstico trágico. Cabañas, quien sufrió un brutal ataque en 2010 que casi le costó la vida y destruyó su carrera, ahora enfrenta una nueva y dolorosa realidad que lo aleja aún más de la familia que tanto ama.

El 25 de enero de 2010, Cabañas fue víctima de un disparo en la cabeza en un club nocturno de Ciudad de México, un ataque atribuido a un miembro del cártel de los Beltrán Leyva. Desde entonces, su vida ha sido una lucha constante contra las secuelas físicas y emocionales de ese día fatídico. La bala que quedó alojada en su cabeza no solo truncó su carrera como uno de los mejores delanteros de América, sino que también lo sumió en una espiral de problemas personales y financieros.

Ahora, tras años de sufrimiento y una separación dolorosa de su familia, la situación se ha vuelto aún más crítica. Su esposa ha tomado la difícil decisión de despedirse, lo que añade un nuevo capítulo de tristeza a la ya trágica historia de Cabañas. A pesar de sus esfuerzos por reconstruir su vida en Paraguay, trabajando en la panadería de su familia, la sombra de su pasado y la traición de quienes más amaba lo han dejado marcado.

El clamor de su hijo, Santiago, resuena en cada rincón de su existencia. Cabañas ha expresado su dolor por no poder ser el padre que su hijo merece, una carga que lo acompaña a diario. La tristeza de perder su carrera y su familia se ha convertido en un eco constante en su vida, mientras lucha por encontrar un sentido en medio de la adversidad.

La historia de Salvador Cabañas es un recordatorio desgarrador de cómo la vida puede cambiar en un instante, dejando cicatrices que perduran para siempre. Su legado, aunque empañado por la tragedia, sigue vivo en el corazón de quienes lo admiran y en los sueños de un hijo que anhela ver a su padre renacer de sus cenizas.