**BRICS y México sacuden a Estados Unidos y Europa**
En un giro inesperado que podría redefinir el orden mundial, México ha ingresado oficialmente al bloque BRICS, desatando alarmas en Washington y Bruselas. La presidenta Claudia Shainbaum, en un movimiento audaz, ha cruzado el umbral hacia una nueva era, desafiando las presiones de Estados Unidos en medio de tensiones diplomáticas crecientes.
El anuncio, realizado durante la cumbre en Río de Janeiro, fue discreto pero explosivo. Mientras el nuevo canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, aterrizaba en Brasil, Estados Unidos ya había reaccionado, imponiendo sanciones a dos bancos mexicanos, CBCO e Intercam, excluyéndolos del sistema financiero estadounidense. Este acto fue interpretado en México como una represalia por su acercamiento al BRICS, un bloque que ahora representa más del 70% de las reservas mundiales de tierras raras y una alternativa real al dólar.
La cumbre no solo marcó la llegada de México al BRICS, sino que también discutió la creación de una nueva moneda internacional, un desafío directo a la hegemonía del dólar. Lula da Silva, presidente de Brasil, dejó claro que el verdadero obstáculo para el progreso no es económico, sino político. En este contexto, México busca diversificar su dependencia y abrir nuevos canales de cooperación con potencias como China, India y Rusia.
Mientras el sur global despierta, con Colombia también uniendo fuerzas con el BRICS, México se enfrenta a una encrucijada crucial. Puede continuar bajo la sombra de Estados Unidos o asumir el riesgo de construir un camino más autónomo y plural. Las semanas venideras son decisivas; el 9 de julio se cierra el periodo de gracia para los nuevos aranceles que Trump pretende imponer.
El mundo observa con atención mientras México se adentra en esta nueva etapa. La llegada al BRICS no solo representa una jugada estratégica en la economía global, sino una redefinición del papel de México en el escenario internacional. El temblor geopolítico ha comenzado, y no hay marcha atrás.