Última hora: el mundo del rock se encuentra de luto tras la inesperada muerte de Ozzy Osbourne, el icónico príncipe de las tinieblas. A los 76 años, Osbourne falleció en la noche del 22 de julio de 2025 en su ciudad natal, Birmingham, rodeado de su familia y el amor incondicional de millones de fans. La noticia ha conmocionado a la industria musical, que se despide de una leyenda que redefinió el heavy metal y dejó una huella imborrable en la cultura popular.
Su último acto, el monumental concierto “Back to the Beginning” el 5 de julio, fue un testimonio de su grandeza. Con 42,000 espectadores en Villa Park y millones más en línea, Ozzy emergió en un trono negro, desafiando su fragilidad física con una voz que resonó con fuerza. Junto a miembros originales de Black Sabbath, interpretó clásicos inolvidables, dejando claro que su espíritu nunca morirá. Este evento no solo celebró su carrera, sino que también recaudó más de 190 millones de dólares para causas benéficas, reafirmando su legado como un benefactor generoso.
Desde sus humildes inicios en Aston, Birmingham, hasta convertirse en un ícono global, la vida de Ozzy fue un viaje de excesos, superación y autenticidad. Fundador de Black Sabbath en 1968, revolucionó el rock con letras oscuras y riffs pesados. A pesar de sus luchas contra la adicción y enfermedades, su capacidad de reinvención fue asombrosa, desde su resurgimiento en los años 80 hasta su éxito en la televisión con “The Os𝐛𝐨𝐫𝐧es”.
El impacto de Ozzy Osbourne en la música y la cultura es innegable. Su voz inconfundible se convirtió en un himno para quienes enfrentan la adversidad. Su legado perdurará en cada acorde, cada melodía y en los corazones de sus seguidores. Hoy, el mundo del rock llora la pérdida de un verdadero sobreviviente que nunca dejó de luchar, recordándonos que incluso en la oscuridad, siempre es posible renacer.