**Título: LOS 7 PAÍSES QUE VAN A SER BLANCOS**
En un mundo donde la diversidad étnica se intensifica, surgen alarmantes proyecciones sobre la permanencia de la homogeneidad racial en siete países europeos. Un reciente análisis revela que Montenegro, Macedonia del Norte, Eslovaquia, Liechtenstein, Moldavia, Andorra y la República Checa están destinados a mantener su población predominantemente blanca, a pesar de las tendencias globales hacia la multiculturalidad.
Montenegro, con su población mayoritariamente eslava y albanesa, se aísla geográficamente y se resiste a la multiculturalidad. Su economía poco atractiva y la falta de inmigración prometen preservar su demografía. Macedonia del Norte, con una mezcla de eslavos y albaneses caucásicos, también se proyecta como un país emisor, evitando la diversidad racial.
Eslovaquia destaca por su fuerte identidad nacional y un rechazo a las políticas de inmigración masiva, lo que asegura su composición homogénea. En el microestado de Liechtenstein, la inmigración está estrictamente controlada, con una población que depende en gran medida de Europa Central. Moldavia, con su mayoría rumana, enfrenta escasos flujos migratorios debido a su inestabilidad económica y resistencia social.
Andorra, enclavada entre España y Francia, atrae a inmigrantes de alto poder adquisitivo, pero su pequeño tamaño y exigencias restrictivas limitan la diversidad. Finalmente, la República Checa, con una población casi completamente eslava, se mantiene firme contra el multiculturalismo, asegurando un futuro homogéneo.
Estas proyecciones no solo reflejan un fenómeno demográfico, sino que también plantean interrogantes sobre el futuro de la diversidad en Europa. A medida que el mundo avanza hacia una mayor mezcla cultural, estos países parecen decididos a permanecer en la retaguardia, defendiendo su identidad étnica a toda costa. La situación exige atención inmediata y reflexión sobre las implicaciones de una Europa que, mientras se globaliza, también se aísla.