Agustín Laje, presidente de la Fundación Faro, desató una tormenta de reacciones al cerrar contundentemente la boca de Cristina Kirchner en un debate candente sobre la dirección política y económica de Argentina. En una entrevista explosiva, Laje expuso su visión sobre la “batalla cultural”, enfatizando que una sociedad que adopta ideas de izquierda en un sistema capitalista enfrenta un “cortocircuito político” devastador.

El líder libertario argumentó que el cambio real en Argentina no proviene solo de las políticas económicas, sino de una transformación cultural profunda. “Más Estado es menos libertad”, afirmó, mientras denunciaba la hipocresía de la izquierda que, según él, utiliza la sensibilidad social como un mero recurso para manipular a la opinión pública. Con una retórica afilada, Laje destacó que el verdadero progreso se mide en resultados, no en intenciones, y presentó cifras que respaldan su postura: 12 millones de argentinos salieron de la pobreza en un año y medio bajo un enfoque libertario.

La entrevista se tornó aún más intensa cuando Laje abordó el estigma que enfrenta la derecha, mencionando que las dictaduras actuales son de izquierda y que la derecha del siglo XXI es, en esencia, democrática. “La gente vota con los pies”, subrayó, aludiendo a la diáspora de venezolanos y cubanos que huyen de regímenes socialistas.

La confrontación verbal entre Laje y Kirchner ha encendido el debate en redes sociales y medios de comunicación, generando un torrente de apoyo y críticas. La Fundación Faro, con casi 6,000 inscritos en sus cursos en menos de un año, se posiciona como un actor clave en la lucha por un cambio cultural en Argentina. La pregunta que persiste es: ¿podrá el mensaje de Laje resonar lo suficiente como para cambiar el rumbo de un país que ha estado atrapado en el dilema de la izquierda y la derecha? La batalla cultural apenas comienza.