Una tragedia desgarradora sacudió a la comunidad de San Luis, Río Colorado, cuando se reveló que Aceret Sixtos, una joven de 26 años, fue asesinada por su propia hermana, Marien, en un acto de avaricia y traición. La historia comenzó cuando Aceret regresó a México tras haber trabajado en Alaska, trayendo consigo $7,000, una suma que despertó la codicia de quienes debían ser su apoyo incondicional.
El 5 de mayo de 2024, Aceret salió de casa y no regresó. Su familia, alarmada por su desaparición, denunció el hecho a las autoridades tres días después. Las investigaciones iniciales no arrojaron resultados, pero las grabaciones de cámaras de seguridad revelaron que la joven había regresado a su hogar y nunca salió de nuevo. El 9 de mayo, los investigadores encontraron su cuerpo enterrado en el patio trasero, un hallazgo que dejó a todos devastados.
Las sospechas se centraron rápidamente en Marien, su novio André Mateo y un amigo, Antonio de Jesús, quienes estaban en la casa el día de su desaparición. La policía arrestó a los tres el 11 de mayo, y las evidencias apuntaron a un plan orquestado para robar el dinero de Aceret. La autopsia determinó que la causa de la muerte fue asfixia por opresión en el cuello.
El 8 de noviembre de 2024, la Fiscalía General de Justicia anunció que André y Antonio aceptaron su culpabilidad, mientras que Marien optó por rechazar un acuerdo de culpabilidad, lo que podría resultar en una condena más severa. La comunidad, en shock, clama justicia mientras el hijo de Aceret enfrenta un futuro sin su madre. Este caso resalta la alarmante violencia intrafamiliar y la traición que puede surgir de la avaricia, dejando cicatrices imborrables en quienes quedaron atrás.