Los ataques israelíes han impactado instalaciones estratégicas en Irán, debilitando su capacidad de defensa aérea y producción de misiles. Ristegui advierte que, aunque Irán no se rendirá incondicionalmente, su situación es precaria y la presión internacional podría llevar a un debilitamiento interno del régimen. La posibilidad de negociaciones se abre, pero el camino es incierto y lleno de riesgos.