En un giro sorprendente de los acontecimientos políticos, se han revelado los siete países que no quieren que Donald Trump sea presidente de Estados Unidos en las próximas elecciones. A medida que se acercan las votaciones, el mundo observa con atención el impacto de la elección estadounidense, y las naciones han tomado posiciones claras.

Canadá, liderada por Justin Trudeau, se encuentra en la primera línea de este rechazo. La relación tensa entre ambos países durante la administración Trump ha dejado cicatrices que Trudeau no está dispuesto a olvidar. Al mismo tiempo, Corea del Norte, a pesar de los históricos encuentros con Trump, prefiere un liderazgo estadounidense más débil, como el de Kamala Harris, que podría permitirle actuar sin restricciones.

México, país vecino, también está en contra de Trump, temiendo que sus políticas migratorias estrictas y su retórica hostil continúen afectando la relación bilateral. Alemania y Francia, junto a otros miembros de la Unión Europea, están ansiosos por la derrota de Trump, ya que su postura contraria a la inmigración masiva choca con sus propias políticas progresistas.

Venezuela, bajo el régimen de Nicolás Maduro, se alinea firmemente contra Trump, quien ha sido calificado por Maduro como “miserable”. Rusia, con Vladimir Putin al mando, ha expresado su preferencia por que Harris gane, buscando un Estados Unidos que sea más fácil de manejar en la arena internacional.

Finalmente, China se posiciona como la nación que más desea la victoria de Harris, anticipando un clima comercial más favorable bajo el Partido Demócrata. Con el reloj corriendo y las elecciones a la vuelta de la esquina, el mundo está a la espera de un desenlace que podría alterar el equilibrio global. ¿Será este el momento decisivo que defina el futuro de Estados Unidos y su influencia en el mundo? La respuesta está a punto de revelarse.