Víctor Manuel Mendoza, una de las estrellas más queridas de la época dorada del cine mexicano, tuvo una vida marcada por el éxito, el amor y la tragedia. Nacido el 19 de octubre de 1913 en Jalisco, Mendoza se transformó de vendedor de aspiradoras a actor de renombre, participando en más de 60 películas. Su carrera despegó tras su participación en “Los tres García”, donde consolidó su imagen de galán.
Sin embargo, su vida personal estuvo plagada de dramas. Mendoza mantuvo un romance prohibido con la actriz francesa Michelle Morgan, lo que casi le costó su matrimonio con María del Villar. A pesar de su devoción familiar, su enamoramiento por Morgan lo llevó a gastar su fortuna, dejándolo en una situación financiera precaria. A medida que su vida se desmoronaba, Mendoza se vio obligado a pedir ayuda a amigos cercanos, incluido Pedro Infante.
La amistad entre Mendoza e Infante fue notable, con Mendoza manejando las finanzas de Infante en medio de sus propias dificultades. Sus años de éxito en el cine comenzaron a verse opacados por problemas económicos y emocionales, que se intensificaron con sus relaciones fallidas. A lo largo de su vida, se documentaron romances con jóvenes, que a menudo terminaban en desilusión y traición.
Con el tiempo, Mendoza se retiró del cine, buscando consuelo en los viajes y en nuevas relaciones. Sin embargo, la soledad y la depresión lo llevaron a una vida marcada por el alcohol. Su salud se deterioró, y en 1995, tras complicaciones por una neumonía, falleció a los 82 años.
A pesar de sus tribulaciones, Víctor Manuel Mendoza dejó un legado imborrable en el cine mexicano, recordado por su carisma y talento. Su vida es un testimonio de la complejidad de la fama y el amor en un mundo que a menudo no perdona.