La Corte Suprema de Estados Unidos ha dado un giro inesperado en el complicado destino legal de Donald Trump, y la reacción del ex presidente podría ser un indicio de que su imperio de poder está al borde del colapso. Este sábado, el tribunal más alto del país negó la solicitud de Trump para suspender su sentencia penal, lo que significa que se enfrenta a una condena inminente por 34 cargos de delito grave. La ira y la frustración de Trump son palpables, y su intento de convertir esta situación en una victoria política ha sido, hasta ahora, un fracaso rotundo.