**LOS 7 PRESIDENTES QUE SIEMPRE HAN SIDO ODIADOS**
En un mundo donde la insatisfacción política está en aumento, siete presidentes se destacan por ser objeto de odio y rechazo constante. Desde Turquía hasta Venezuela, estos líderes han enfrentado críticas feroces desde el inicio de sus mandatos, y la situación solo ha empeorado con el tiempo.
Recep Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía, ha sido un ejemplo paradigmático de cómo un liderazgo puede caer en desgracia. Desde su llegada al poder, su gobierno ha sido marcado por la inflación descontrolada y una represión que ha alienado a la mayoría de la población. Su popularidad se desploma mientras la economía turca se tambalea.
Miguel Díaz-Canel, el líder de Cuba, asumió el cargo en 2018 con un respaldo mínimo y ha llevado al país a una crisis económica sin precedentes. Su gestión ha sido criticada, y hoy su popularidad está por los suelos en una nación que clama por cambios.
Isaías Afwerki, presidente de Eritrea, ha mantenido un régimen autoritario desde la independencia del país en los años 90, ganándose el desprecio de su pueblo por su falta de libertades y un servicio militar obligatorio que ha dejado cicatrices profundas.
Pedro Sánchez, presidente de España, llegó al poder bajo un manto de controversia tras pactar con partidos de izquierda. Las promesas incumplidas y su manejo de crisis como la pandemia de COVID-19 han hecho que su figura sea abucheada en las calles españolas.
Abdelfatah al-Sisi, presidente de Egipto, comenzó su mandato con legitimidad cuestionable y su popularidad ha caído en picada debido a la crisis económica que afecta a millones.
Nicolás Maduro, el controvertido presidente de Venezuela, tomó las riendas en 2013 en medio de una crisis y ha convertido al país en un estado fallido, donde incluso sus aliados han perdido la fe en su liderazgo.
Finalmente, Dina Boluarte, presidenta de Perú, asumió en 2022 en un clima de crisis política y social. Su gestión ha sido marcada por la corrupción y la inestabilidad, dejando a menos de uno de cada diez ciudadanos apoyándola.
Estos líderes, que han sido objeto de odio y desconfianza, nos recuerdan que el poder puede ser efímero y que la voz del pueblo, aunque reprimida, siempre encontrará la manera de hacerse escuchar.